Hoy, 25 de noviembre, día contra la violencia machista, como cualquier otro día del año, queremos hacer visible nuestro rechazo a todas las violencias que sufren las mujeres por el mero hecho de ser mujeres.
En lo que va de año 56 mujeres han sido asesinadas a manos de sus parejas o exparejas en el Estado español. Entre ellas, Miren M., vecina de Móstoles.
El asesinato de estas mujeres supone la expresión más dura y extrema de la violencia machista. Pero además, no debemos olvidar que son muchas las mujeres que sufren violencia cotidianamente: agresiones físicas, psicológicas, sexuales y/o económicas. No sólo a manos de sus compañeros o excompañeros sino de la sociedad en general, el ámbito institucional, laboral, económico... La violencia contra las mujeres es un problema estructural cuya raíz se encuentra en la cultura machista que perpetúa las desigualdades sociales entre mujeres y hombres. Una cultura que devalúa a las mujeres, y aunque se han hecho avances significativos a favor de la igualdad, las mujeres siguen siendo educadas como el sexo débil, como personas dependientes y vulnerables. Mientras que los hombres son educados en torno a valores como la agresividad, fortaleza, competitividad e insensibilidad. Por todo ello, consideramos que este modelo es opresivo tanto para las mujeres, como para los hombres. Este sistema nos limita como personas.
Conjuntamente, la situación actual de crisis-estafa capitalista tiene entre sus consecuencias el aumento de la dependencia económica y marginación social de muchas mujeres dificultando aún más el camino de salida de situaciones abusivas. Así como, los recortes sociales y las privatizaciones en los servicios públicos hacen que el trabajo de cuidados -no remunerados- se multiplique y recaiga mayoritariamente sobre los hombros de las mujeres. Con los recortes, también disminuyen los presupuestos destinados a la atención a las víctimas de violencia de género. Es significativo que muchas casas de acogida sean gestionadas por empresas privadas que, en ocasiones, tratan de forma vejatoria a las mujeres víctimas. En Móstoles, contamos con un “Instituto de Estudios de la Mujer” que apenas está dotado de recursos pues el Ayuntamiento destinó una importante suma de dinero al diseño y construcción del edificio pero ha reducido los presupuestos destinados a los servicios y programas que se desarrollan en el mismo.
Por todo ello, para terminar con la violencia machista debemos analizar la base del sistema y para esto, es necesaria una mayor implicación de la sociedad, tanto mujeres como hombres, en el rechazo a la violencia de género. La mejor solución es la prevención a través de la educación igualitaria tanto dentro como fuera de la escuela, una educación que contribuya a la creación de una sociedad basada en la igualdad, la libertad y el respeto, sin opresión de ningún tipo: ni de género, ni clasista, ni racial...
¡Basta de violencia machista!
Mujeres y hombres antipatriarcales* y anticapitalistas
* ¿Qué es el PATRIARCADO? El patriarcado es un sistema de organización social basado en la idea de autoridad y liderazgo del varón, en la hegemonía de lo masculino sobre lo femenino. Un sistema construido históricamente en base a la creencia de la inferioridad de las mujeres respecto a los hombres, que se mantiene hoy en día a través de valores, conductas, tradiciones, estructuras de poder, actividades y roles sociales diferenciados para mujeres y hombres... Un sistema que es como el aire, no se nota pero está por todas partes. Es un sistema que condiciona nuestras vidas de tal manera que las personas somos educadas, juzgadas, estereotipadas y discriminadas dependiendo del género (femenino o masculino) al que pertenecemos. Es por tanto, un sistema injusto. En nuestra mano está dejar de reproducirlo.
Asamblea Popular de Móstoles 15-M
Fotos del acto:
