Ahora que paso horas en el Prado, parte de esas horas las dedico a pensar en todo eso que ya se sabe: las usencias, la invisibilidad, el desprecio, la falta de reconocimiento que a lo largo de la historia han sufrido las mujeres, también en el mundo del arte. Si no me equivoco, sólo dos cuadros de los expuestos -en el museo más importante del Estado- fueron pintados por mujeres... Sin embargo, la mayoría de los desnudos son de cuerpos femeninos. Esas mujeres a las que sólo se les reconoce el papel de musas. Si nos acercamos al Reina Sofía nos encontramos con alguno más, de la gran Maruja Mallo, por ejemplo. Recuerdo que fui a ver un itinerario del museo que se llamaba algo como "Feminismos. Las ausencias" porque es así, vas paseando por salas en las que la mirada que pinta, que transforma la realidad, el subconsciente, la fantasía, la locura, etc. en arte, es la mirada masculina. Aquella mirada, que desde una socialización diferenciada, ve el mundo de otra manera. En la mayoría de las ocasiones, es también una mriada heterosexual, es decir, una mirada de varón heterosexual cuya musa será una mujer o varias mujeres a las que rara vez tendrán en cuenta como compañeras...
