jueves, 30 de agosto de 2012

Cifuentes, Botella, Aguirre y la prostitución

Vaya tres en el debate: Cifuentes, Botella y Aguirre.
Ninguno de los dos grandes partidos (PP-PsoE) tiene una postura única frente a la prostitución. Éste suele ser un tema en que hay división de opiniones y en el que a todo el mundo parece que le gusta opinar aunque no tenga mucha idea de qué es lo que hay en juego. 
Como me dijo una política hace no mucho "el problema es que la prostitución no da votos" y por eso se trata como un asunto secundario. Sin embargo, los partidos toman medidas, punitivas, en torno a la prostitución y la regulación del espacio público porque la mala imagen que la prostitución puede dar a la ciudad es lo que parece preocuparles. 
En este debate entre Cifuentes, Botella y Aguirre, que no os engañen, lo único que les preocupa es eso, la imagen que da la prostitución en las calles de Madrid y a la Espe le importa también, por supuesto, el sector de "empresarios del sexo" (Esperanza Aguirre aparece en la portada de la web de la Asociación Nacional de Empresarios de Clubes de Alterne -con dirigentes que forman parte de partidos fascistas como España 2000- que se alegra y mucho de que apoye una reglamentación del asunto que les beneficie a ellos). Nada les importan las prostitutas.  O más bien, si llegan a importar es desde el punto de vista de la caridad de los legionarios de Cristo de Ana Botella, del "¡ay, pobrecitas, las mujeres pobres descarriadas!".

No me gusta ninguna de ellas, ninguna de ellas es feminista, eso queda claro. Ninguna de ellas analiza las causas socio-económicas que llevan a esas mujeres a donde están; ninguna de ellas analiza el modelo de sociedad patriarcal-capitalista que construye un género masculino dispuesto a pagar por sexo (en un 99% la demanda es masculina; y entre un 27% según INE y un 39% según la ONU de los varones del Estado español ha pagado alguna vez por mantener relaciones sexuales) y un género femenino (pues la oferta la forman mayoritariamente mujeres) que ve la prostitución como una alternativa "laboral" cuando no te queda otra. Además, hay que tener en cuanta la trata.
Abogo por la solidaridad con las mujeres (nunca su criminalización), la búsqueda de alternativas, y la crítica a la institución de la prostitución, pues en el camino hacia una sociedad igualitaria, justa, humana... La prostitución no tiene cabida. 


(Por cierto, para algunos medios, Hetaira parece ser  el único colectivo que trabaja con y por las prostitutas. No lo es, hay más colectivos y más mujeres que ejercen la prostitución, y a muchas de ellas no les gusta la postura de Hetaira. Hay que escucharlas a ellas y no sólo quedarse con el discurso de Hetaira)