"La mujer es puro cuento", es el título de un artículo de Verena Stolcke, y a raíz de ese título, hoy, en el autobus, escribí este pequeño cuentito para unas mujeres muy especiales a las que he visto por la tarde:
La mujer, las mujeres, son puro cuento, al igual que el hombre, los hombres.
Nos contaron un cuento que decía que una mujer está incompleta si no tiene un hombre al lado; que está incompleta si no es madre; que si es madre tiene que ocuparse sola del cuidado de l@s hij@s; que si es hija debe ocuparse sola del cuidado de la mamá y del papá; que si es gordita tiene que adelgazar; que si es morena tiene que ser rubia; que si tiene arrugas es una vieja…
¡Que cuento tan horrible! Un cuento lleno de exigencias donde la mujer nunca parece tener tiempo para un final feliz, ni tiempo para ella. Todo es tiempo para los demás, o tiempo para arreglarse buscando gustar a los demás, no para gustarse a sí misma.
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