Será porque ayer vi la película de televisión española sobre Clara Campoamor, o porque últimamente me siento mucho más combativa y revolucionaria o porque mi actividad cerebral está a tope con tanto café tomado esta mañana... O una mezcla de estos factores, el caso es que me siento con ganas y fuerzas de defender mi posición (y la de otras tantas feministas) sobre la abolición de la prostitución con uñas y dientes si hace falta.
Os pongo en antecedentes: en el Instituto de Estudios de las Mujeres de la Universidad de Granada la mayoría del profesorado está a favor de la legalización de la prostitución y eso me hizo replantearme si debería posicionarme tan abierta y claramente a favor de la abolición si quiero aprobar la tesina y los dos ensayos que estoy haciendo sobre temas que tocan la prostitución.
Pero... ¡bastaaaaaaaaa! Somos feministas, y se nos debería caracterizar por defender lo que creemos por muchos palos que nos den. Además, cuento con el apoyo de una de las pocas catedráticas de la Universidad de Granada, y con una de las mejores teóricas del feminismo político en España. ¿A quién le preocupa el resto? Siempre y cuando no estén en el tribunal que evalúa mi tesina las baronesas de la legalización ;)
Y si lo están, espero que reconozcan, que a pesar de las diferencias ideológicas, mi tesina tiene unas bases teóricas (y prácticas) sólidas y que no hay un sólo feminismo... ¡que hay muchos!
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